MÚSICA, POR FAVOR
Ante el hastío de lo que nuevamente es necesario por necedades políticas —discursos y enfrentamientos repetidos, promesas vanas y cantinelas mil—, me refugiaré, hoy, ahora, en la música, donde residen las noblezas y, por ello, no caben los fingimientos. —¡Blanca! —¡Que te den! Qué mujer. —¡Irina! ¿Sorda la rubia ucraniana políglota? —¡Rogelio! ¿Sordo el invidente a tiempo parcial? […]